El color amarillo es uno de los más llamativos y brillantes del espectro, capturando la atención de todo aquel que lo ve. Sin embargo, a pesar de su atractivo y apariencia brillante, en algunos países este color es considerado como una mala suerte.
Se cree que la asociación negativa con el color amarillo se originó en la antigua China, donde se utilizaba para denotar la traición y la deslealtad. Durante la dinastía Han, los criminales eran vestidos con ropas de este color y se les obligaba a usar gorros amarillos para señalar y marginar su estatus social.
Además de su uso en delitos, el color amarillo también fue asociado con la muerte. En la antigua China, se construyen casas funerarias de una mezcla de barro y arroz amarillo, por lo que las personas evitarían este color en su vida cotidiana, incluyendo la ropa y la decoración.
Otra creencia popular es que durante la edad media en Europa, el amarillo fue considerado como el color de los judíos, lo cual llevó a una estigmatización y discriminación de esta población. Como resultado, se dice que el color amarillo está asociado con la intolerancia y el odio.
La creencia negativa del color amarillo ha sido difundida a lo largo del tiempo y hoy en día está arraigada en muchas culturas modernas. Algunas personas creen que este color es de mala suerte y se deben evitar todo tipo de elementos amarillos en su vida cotidiana.
En Japón, el color amarillo se considera como el color de la mentira, por lo que a menudo se asocia con la infidelidad y la falsedad. En Tailandia, el amarillo se considera como un color sagrado, utilizado en festivales religiosos y ceremonias reales.
En algunos países de América Latina, el amarillo se utiliza en funerales, por lo que se considera un color poco festivo y no adecuado para otra ocasión. En Brasil, el amarillo se asocia con la envidia y la mala suerte, y muchos creen que usar este color atraerá problemas y malos augurios.
En definitiva, el color amarillo ha sido asociado con diferentes creencias a lo largo del tiempo y en diferentes culturas. A pesar de su atractivo y brillantez, muchas personas lo consideran un color de mala suerte y lo evitan en su vida cotidiana. Sin embargo, es importante recordar que estas creencias son subjetivas y variadas, y que cada persona tiene su propia percepción del color amarillo.
Aunque esta creencia pueda tener un gran impacto en la ropa y la decoración, se debe tener en cuenta que estas creencias son subjetivas.